viernes, 23 de mayo de 2014

DESEO

Cuando no sepas qué decirme, mírame... Sabré leer en tu mirada lo que tu psiquis aun no entiende. Si descubres demasiado en ti y tu corazón no sabe cómo dejarlo salir, entonces tócame, la erección de mi piel sabrá guiarte. Y esta este anhelo palpitante, delirante...extasiante, hambriento de furia húmeda-agridulce, que desea desbocarse sin pena ni pudor en esa incertidumbre que te abraza. Ese quiero y no quiero encerrado en la lujuria cautiva de tu mirada, es el aliciente perfecto para despertar de un letargo soñoliento el libido de mi vientre. Es como volver de la muerte si se te ocurre un chasquido. Es como comer chocolates cuando el carmesí viene a visitarme. Si solo pudieras imaginarte el apocalipsis que puedes encarrilar si te decides a dejarte llevar. No soy culpable del deseo, pero soy la más grande delincuente porque no lo quiero dejar de desear. Y si así fuese, si logro que hagas lo que en el fondo tú quieres, será la más grande epifanía jamás documentada.